A propósito de la COP 28 en Dubái (Emiratos Árabes Unidos)
A propósito de la COP 28 en Dubái (Emiratos Árabes
Unidos)
De sabios a
pitonisas
Por: José de Jesús Tejada
Maury
Resulta vergonzoso
para el mundo académico lo que viene sucediendo en materia de información sobre
los temas ambientales, meteorológicos inclusive se detecta descontextualización
en ciencias básicas.
Es que aquí no
sucede absolutamente nada en materia de respuestas de parte del común de las
academias. Cualquier inesperado día aparece el señor Bill Gates, anunciando
hambrunas, pandemias o planteando supuestas soluciones al problema del
“calentamiento global” en donde manifiesta unas incoherencias y necedades que
muchos medios se la publican como si fuera el culmen de lo máximo en materia de
ciencias.
Por otro lado, los
meteorólogos en una actitud cangrejera (para adelante y para atrás) con sus
dudas y descontextualizaciones en el tema, llenan de basura los medios
corporativos con vaticinios que se escuchan todos los días del año y desde el
año 1992 no tienen nada más que publicar e inventan unos términos folclóricos
para presumir unción académica de alto turmequé como atinando a una vicisitud,
que luego los lleva a cambiar de opiniones, se hace referencia al
desprestigiado fenómeno del niño que es lo más novedoso que ha aportado la
lumbrera de academias a finales del
siglo XX y a comienzos del siglo XXI.
La verdad que estar
repitiendo lo mismo y contradecirse con justificaciones infundadas tal como se
ha venido haciendo en Colombia por parte de IDEAM (Instituto de Hidrología,
Meteorología y Estudios Ambientales.) que todos los años saca la vieja vitrola
académica de improductividad burocrática a sonar. Todo el bendito año es lo
mismo, que el fenómeno del niño se arreciará desde el mes de mayo hasta
prolongarse a el mes de marzo del 2024, después cuando cuenta se dan; que sus
vaticinios no se cumplen empiezan a inventar una novela académica para tontos e
ingenuos en la cual interactúan con comediantes de sus amos imperiales para
intercambiar desacierto e inventar frases eufemísticas y de crónicas de
literatura ambiental, para afirmar es
que el fenómeno del niño se vio debilitado por un fuerte sistema anticiclónico,
terminología que ni ellos mismos logran comprender ya que no tienen idea de lo
que están tratando.
Resulta cansón que
infinidad de veces se ha recordado que el fenómeno del niño sólo se da en la
época de fin de año en las costas peruanas y que dicho fenómeno en nada influye
sobre el régimen de lluvias. No se estará repitiendo lo mismo, al pie de página
de este artículo, se dejan dos enlaces para que se analice sobre el tema.
Por otro lado, Bill
Gate aparece como culebrero proponiendo soluciones a través de la geoingeniería
ambiental con soluciones tiradas de cerebros estercoleros para que la escuchen
un público ingenuo e incauto fanático de la desinformación mediática.
Una de sus
propuestas es rociar en la atmósfera dióxido de azufre, otras, arrojar tiza pulverizada
y otras tantas sandeces de cretinos. En donde tampoco se pronuncia el mundo
académico a cuestionarle a este señor, qué es lo que pretende con sus
necedades.
Al respecto existe
tanta incoherencia sobre el concepto de invernadero, tema del cual hemos
tratado en varias publicaciones a través de este mismo medio.
El único gas de
invernadero es el vapor de agua debido a que el concepto de calorías se toma
como referencia al agua y el concepto de calor específico del agua tiene muy en
cuenta la cantidad de energía(calor) que se requiere para sus cambios de
estado. Se recuerda que nos impusieron el primer elemento de la cadena
biogenésica (que genera vida: carbono), como algo perjudicial para el planeta,
sólo porque a Washington le interesa manipular el mercado de los energéticos,
ello nos ha conducido a tener una academia, una educación y un sistema
educativo al servicio del fraude, mentira y engaño. Por consiguiente, no se
puede vanagloriarse ni jactarse ningún gobierno de país alguno en hacer
referencia a “calidad de la educación”, precisamente por estar la mencionada al
servicio de los intereses comerciales y geopolíticos.
De lógica que, si
se arroja tiza u otras sustancias pulverizadas como tiza, aluminio en polvo,
bario, y cantidad de sustancias extrañas bajo el logotipo de geoingeniería
ambiental en aras de “reducir el calentamiento global”, nacida de mentes y
corazones depredadores, no sólo estamos contaminando la atmósfera, sino que
formamos un cielo artificial entre la superficie de la tierra y la parte
superior de la biosfera que nos va a contribuir a que el vapor de agua se
mantenga fijo entre éstos y experimentemos altas sensaciones térmicas.
Esta sensación la
experimentamos cuando de día el cielo está nublado, sobre todo en las zonas tropicales,
exceptuando que, si el cielo está despejado y sin nubes, al haber pérdida de
calor por irradiación pueden presentarse heladas y no debe asombrarnos que esto
suceda en zonas desérticas. Pero si la eminencia y lumbrera académica de Bill
Gate prosigue con sus descabelladas ideas, por lógica no sólo sentiremos mayor
sensación térmica, sino que con tanto contaminante que nos arrojan con el
beneplácito de ONU, muy seguramente nos enfermaremos la gran mayoría. Por consiguiente,
las pitonisas cometen sus fraudes para ejercer la voluntad de los dueños del
planeta, pero lo más preocupante es que se armen modelos climáticos y programas
académicos basados en el engaño y carentes de toda fundamentación científica. ¿Se
justificaría que, con todos los elementos de juicio la academia por
desconocimiento de contexto y desinformación e ignorancia supina, viva inmersa
en este engaño?
Para reflexionar a propósito de la próxima COP 28 a
celebrarse en Dubái del 30 de noviembre al12 de diciembre del 2023.
Los guionistas del
calentamiento global hacían referencia al incremento del “albedo terrestre” ya
que ello nos conduciría a un incremento de la temperatura promedio del planeta
entre 1,5 y 2 grados centígrados. Dado que según el albedo terrestre
(diferencia entre el calor absorbido y el reflejado) la temperatura promedio de
la superficie terrestre debería ser de -19 grados centígrados. Sin embargo,
gracias a la protección de la atmósfera es de 14 grados centígrados en
promedio.
Nos introdujeron un
orangután climático quimérico porque no explican ni justifican de dónde salen
las calorías-gramos por centímetro cuadrado de superficie terrestre por hora o
por día, para que el promedio se incremente entre 1,5 y 2 grados centígrados,
es decir una argumentación ambivalente ya que por un lado si analizamos desde el punto de vista del albedo terrestre ,podríamos hablar que el aumento
sería de -19°C a -18,5 °C o a -17
°C(para la recta de números reales del cero a la derecha son positivos y del
cero a la izquierda negativos).
Por otro lado, para
una temperatura promedio de 14 grados centígrados que es la real según los
estudios meteorológicos, para estos guionistas; el aumento del promedio
incluyendo la atmósfera, debería estar entre 15,5 y 16 grados centígrados.
¿Por qué esas supuestas crisis climáticas
muestran unos “desastres exagerados” con respecto a sus vaticinios? La ONU
tiene la palabra.
Nota: Se sugiere abrir los siguientes enlaces y
consultar al respecto y se solicita a las diversas entidades diplomáticas a
través de sus agregados culturales tomar atenta nota de los elementos de juicio
entregados en este artículo. Puede traducir en cualquier idioma.
https://www.aporrea.org/actualidad/a325002.html
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